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lunes, 5 de noviembre de 2007

Flexibilidad laboral del trabajador del conocimiento

España es uno de los países de la Unión Europea con peores cifras de productividad. A este hecho contribuye su extensa jornada laboral. Después de Grecia, es el país donde se trabajan más horas. Estos datos revelan una situación que no es buena ni para las empresas ni para lo trabajadores. Los expertos aconsejan el cumplimiento de la regla de los tres ochos: 8 horas de sueño, 8 horas de trabajo y 8 horas de ocio. En nuestro país, parece que esta regla no se cumple. La jornada laboral partida junto con los desplazamientos (cada vez más importantes) conduce a largas jornadas laborales y a una reducción de horas de sueño y, por supuesto, de ocio. Muchos defienden nuestro estilo de vida y lo saludable de las siestas. Pero con domicilios cada vez más alejados de los centros de trabajo, ¿quién realmente puede "practicar"la siesta? En la práctica, estamos todo el día enredados con nuestro trabajo y apenas tenemos tiempo libre. Lo que realmente es una pena por el magnífico clima que disponemos para la realización de actividades al aire libre.

A nivel institucional aparecen distintas iniciativas e incluso Fundaciones para tratar de racionalizar los horarios de trabajo y conciliar, en definitiva, la vida laboral y personal. El principal objetivo debe ser cambiar la Cultura de la Presencia, predominante en las empresas españolas, por la de la Eficiencia Laboral. Es decir, al trabajo se debe ir a trabajar y no a estar. Con frecuencia quien más está no es quien más trabaja. Si es posible hacer lo mismo en menos tiempo es un éxito para la empresa y para el individuo. Aquellos que tienen experiencia laboral en algunos países europeos saben que cuando acaba la jornada laboral es un signo de ineficiencia no abandonar la empresa. En nuestro país ocurre lo contrario, parece que si alguien realiza horas extras está realmente preocupado por la empresa. Los mismos jefes piensan que deben ser los primeros en llegar y los últimos en marcharse.

Con el fin de racionalizar la calidad de vida laboral, las empresas deben valorar las siguientes cuestiones que son las más frecuentemente propuestas:
  • ¿Es posible flexibilizar los horarios de trabajo y combinarlo con una jornada continua? Una posiblidad sería fijar una banda de incorporación al trabajo, p.ej. de 7:30 a 9:30; y otra de salida. p.ej. de 16:00 a 18:00 con una pausa de 45 m para comer.
  • ¿Cómo se podría usar la tecnología para reducir la presencia física en la empresa? Desde los funcionarios hasta cada vez más empresas, se empieza a permitir a los empleados realizar parte de la jornada laboral a distancia. El teletrabajo es una opción factible para un número importante de empresas. Esta modalidad de trabajo debe plantearse no en términos absolutos sino relativos. Con seguridad, parte del trabajo de los empleados podría realizarse desde casa.
La adopción de estas medidas puede chocar con la mentalidad empresarial tradicional. Sin embargo, las experiencias existentes revelan que los empleados incrementan significativamente su motivación, mejorando la productividad de su trabajo. Eso sí, la implantación de horarios flexibles y teletrabajo precisan de una adecuada planificación y una organización por objetivos donde todos conocen qué deben hacer y cuándo. Por tanto, es la empresa quien debe dar el primer paso diseñando las políticas y las condiciones propicias para la flexibilización de la jornada laboral.

En tiempos pasados, la organización del trabajo giraba entorno a la producción y al trabajo físico, indudablemente se requería la presencia del trabajador. Pero este marco organizativo se supone ya mayoritariamente superado. Afortunadamente, las máquinas van reemplazando el trabajo físico. Hoy día contamos con la fuerza laboral más formada de la historia. Los trabajadores prestan su conocimiento y no su fuerza física a cambio de un salario. Por tanto, la presencia física simultánea de todos los empleados es una circunstancia cada vez menos necesaria en las empresas. Con una adecuada dirección y objetivos, las organizaciones deben confiar en la capacidad de los trabajadores del conocimiento para decidir cómo y, sobre todo, dónde deben realizar su trabajo. En este contexto la flexibilidad de horarios unida al teletrabajo son herramientas que las empresas deben usar para mejorar sus resultados y prestigio ante la sociedad y sus empleados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy en dia no es posible conciliar la vida familiar y la vida profesional por una razon muy sencilla:nuestro horario laboral. Por eso creo que una posible solucion se basaria en combinar unos horarios mas flexibles (donde los trabajadores eligieran segun sus necesidades las horas de entrada y de salida dentro de una franja horaria predeterminada y siempre que cumplieran sus ocho horas de trabajo) y el teletrabajo (actualmente gracias al avance de la tecnologia de la informacion ciertas tareas se pueden realizar desde casa sin ningun tipo de problema). Aunque para esto tambien es necesario que cambie nuestra mentalidad: que seamos capaces de intercambiar la "siesta" por toda una tarde libre para dedicarla a lo que queramos y que nos acostumbremos a comer en menos de una hora. Todo este proceso llevara su tiempo, pero en un futuro no muy lejano sera una realidad si no queremos quedarnos atras en el progreso.