A nivel institucional aparecen distintas iniciativas e incluso Fundaciones para tratar de racionalizar los horarios de trabajo y conciliar, en definitiva, la vida laboral y personal. El principal objetivo debe ser cambiar la Cultura de la Presencia, predominante en las empresas españolas, por la de la Eficiencia Laboral. Es decir, al trabajo se debe ir a trabajar y no a estar. Con frecuencia quien más está no es quien más trabaja. Si es posible hacer lo mismo en menos tiempo es un éxito para la empresa y para el individuo. Aquellos que tienen experiencia laboral en algunos países europeos saben que cuando acaba la jornada laboral es un signo de ineficiencia no abandonar la empresa. En nuestro país ocurre lo contrario, parece que si alguien realiza horas extras está realmente preocupado por la empresa. Los mismos jefes piensan que deben ser los primeros en llegar y los últimos en marcharse.
Con el fin de racionalizar la calidad de vida laboral, las empresas deben valorar las siguientes cuestiones que son las más frecuentemente propuestas:
- ¿Es posible flexibilizar los horarios de trabajo y combinarlo con una jornada continua? Una posiblidad sería fijar una banda de incorporación al trabajo, p.ej. de 7:30 a 9:30; y otra de salida. p.ej. de 16:00 a 18:00 con una pausa de 45 m para comer.
- ¿Cómo se podría usar la tecnología para reducir la presencia física en la empresa? Desde los funcionarios hasta cada vez más empresas, se empieza a permitir a los empleados realizar parte de la jornada laboral a distancia. El teletrabajo es una opción factible para un número importante de empresas. Esta modalidad de trabajo debe plantearse no en términos absolutos sino relativos. Con seguridad, parte del trabajo de los empleados podría realizarse desde casa.
En tiempos pasados, la organización del trabajo giraba entorno a la producción y al trabajo físico, indudablemente se requería la presencia del trabajador. Pero este marco organizativo se supone ya mayoritariamente superado. Afortunadamente, las máquinas van reemplazando el trabajo físico. Hoy día contamos con la fuerza laboral más formada de la historia. Los trabajadores prestan su conocimiento y no su fuerza física a cambio de un salario. Por tanto, la presencia física simultánea de todos los empleados es una circunstancia cada vez menos necesaria en las empresas. Con una adecuada dirección y objetivos, las organizaciones deben confiar en la capacidad de los trabajadores del conocimiento para decidir cómo y, sobre todo, dónde deben realizar su trabajo. En este contexto la flexibilidad de horarios unida al teletrabajo son herramientas que las empresas deben usar para mejorar sus resultados y prestigio ante la sociedad y sus empleados.